La guerra del asiento de ventana
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La guerra del asiento de ventana: cuando la cortesía se queda en tierra
Una pasajera fue tachada de “difícil” por no ceder el asiento que pagó. Y así comenzó una turbulencia emocional en tierra firme.
Una mujer había reservado cuidadosamente su asiento junto a la ventana para disfrutar un vuelo de cinco horas en paz: dormir un poco, mirar las nubes, desconectarse. Pero al abordar, otra pasajera con su hijo adolescente le pidió cambiarse de lugar para sentarse juntos.
La respuesta fue simple y educada: “Lo siento, pero este es mi asiento.” La reacción, en cambio, fue todo menos amable. La madre la llamó “difícil” y, durante el vuelo, se dedicó a invadir el apoyabrazos, enviar mensajes a brillo máximo y convertir la cabina en un pequeño campo de batalla pasivo-agresivo.
La historia, publicada en Reddit, generó miles de comentarios. La mayoría apoyó a la pasajera: “Pagaste, planeaste, ganaste”, resumió un usuario. Otro remató con humor: “Debería haberle señalado el asiento del medio y decirle: ‘No seas difícil, es solo un asiento’.”
En SkyPanama™ lo decimos claro: si lo pagaste, lo reservaste y lo defendiste con elegancia, no es egoísmo — es logística emocional. El cielo será amplio, pero tu espacio personal no.
“No todo se negocia en el aire. A veces, mantener tu asiento es mantener la paz.”
